Vacunas y aumento de riesgo de cáncer y reinfección

Investigadores muestran cómo la Covid daña un mecanismo crucial de reparación del ADN, aumentando los riesgos de cáncer (en especial de mama y ovario, en las mujeres, y de próstata y páncreas en los hombres), y que las vacunas pueden hacer lo mismo. Y ello como consecuencia de la inmunosupresión causada por la proteína espiga de Covid, pues al ingresar en el núcleo celular inhibe la reparación del ADN al impedir el reclutamiento clave de la proteína de reparación del ADN BRCA1 y 53BP1 en el sitio del daño, lo que debemos interpretar como una señal de alerta de que los cánceres también pueden resultar como un suceso adverso después de la vacunación contra Covid, aunque estos cánceres pueden tardar años en manifestarse. Dichos hallazgos proporcionan evidencia de que la proteína espiga secuestra la maquinaria de reparación del daño de ADN y la maquinaria inmune adaptativa in vitro.

Al señalar la importancia de la inmunidad adaptativa frente a la inmunidad innata, los autores escribieron: «A diferencia de las respuestas inmunes innatas, las respuestas adaptativas son altamente específicas para el patógeno particular que las indujo. También pueden proporcionar una protección duradera. Una persona que se recupera del sarampión, por ejemplo, está protegida de por vida contra el sarampión por el sistema inmune adaptativo, aunque no contra otros virus comunes, como los que causan paperas o varicela».

Se pudo confirmar que las nanopartículas lipídicas que contienen el modelo para que la célula fabrique la proteína espiga se encuentran en toda la sangre circulando por todo el cuerpo al cabo de cuatro horas de la inoculación.

Un estudio preprint realizado por Public Health England que investiga la efectividad temprana de la vacunación encontró un aumento «notable» en las infecciones por COVID-19 en personas inmediatamente después de recibir la vacuna de Pfizer-BioNTech o AstraZeneca.

A pesar del hecho de que actualmente carecemos de datos de seguridad a largo plazo, han surgido hallazgos recientes de Inglaterra que documentan que los datos de mortalidad ponderada por todas las causas para individuos vacunados han aumentado constantemente hasta el punto en que la tasa de mortalidad es actualmente más alta entre los vacunados que entre los no vacunados.