Editorial
SUECIA NOS ENSEÑA EL CAMINO A SEGUIR
Es una buena noticia que algún país como Suecia nos alerte de los peligros de la aplicación masiva e indiscriminada de las vacunas sobre amplias comunidades.
No es la primera vez que este país escandinavo fija la mirada sobre un riesgo real que supone la toxicidad intrínseca y extrínseca de este producto inmunológico.
Repasemos un poco la historia reciente de los suecos.
En el año 2000 las facultades de medicina de este país, por primera en el mundo, incorporan en su perfil curricular la toxicología farmacológica.
En el 2005, junto a España, incorporan en la Comisión Europea de Retirada del Mercurio el producto vacuna como portador de cantidades lesivas de mercurio.
Y ha sido ahora en el 2018 que de nuevo nos sorprende a todos por la aceptación política y social de las graves reacciones adversas a las que se somete a la población tras la vacunación masiva e indiscriminada.
Ya EEUU en el año 2000 anunció que la cuarta causa de enfermedad y de muerte en el mundo industrial y postindustrial era provocada por la utilización de fármacos y entre ellos las vacunas. Lo que ha hecho Suecia con esta declaración es afirmar públicamente y políticamente que ante un fármaco tan lesivo debe de existir el consentimiento informado y la libre decisión.
Refleja con esta consideración que las naciones, estados y gobiernos que presionan social- o legislativamente sobre la población para que se vacune han de revisar su planteamiento actual.
Llamamos a la desobediencia de las personas ante dicha medida opresiva europea mientras las administraciones sigan sin cambiar esta realidad.
Consejo de Redacción LLV